Por Monseñor Gabriel Mestre Obispo de Mar del Plata
Pareciera que los días lunes, considerado para muchos como el inicio de la semana, es una buena fecha para comenzar una dieta alimenticia. Otros se deciden en este día a emprender el estudio de una materia adeudada para rendir el examen correspondiente. Habrá quién resuelva firmemente realizar tal o cual ejercicio deportivo para mejorar o sostener la salud.
Lo que ocurre con el día lunes en la semana se suele multiplicar exponencialmente con respecto al primer día del año. Este año que comienza “voy a…”. Y pueden surgir ahí infinidad de proyectos y propósitos que se desean cumplir.
Muchas veces, luego del lunes o de la primera semana del año percibimos que, después de un inicio colmado de energías para varios propósitos, terminamos dejando de lado lo emprendido. Descubrimos con tristeza nuestros límites y cierta incapacidad para superarlos. En algunos casos se trata de un sentimiento superficial, en otros momentos el fracaso y la angustia se pueden apoderar de nuestra vida…
¿Qué podemos hacer en esta primera semana de 2018?
Les propongo tres objetivos:
1)Elegir uno o dos propósitos. No más. Cuando uno elige muchos propósitos termina no cumpliendo ninguno. Si la lista es muy larga nos terminamos agobiando y cansando rápidamente. Uno o dos propósitos para este 2018.
2)Que los propósitos sean buenos y puntuales. Es obvio que no vale la pena proponerse “cosas malas”. Pero, por las dudas lo aclaramos. Que los propósitos sean realmente para el bien. Que están marcados por los valores del bien para todos y cada uno. Y también que sean puntuales. Si son muy genéricos terminamos no pudiéndolos evaluar. “Amar a todos” es un buen propósito. Pero es muy genérico. Tal vez convenga proponerse algo así: “Amar un poco más a Mengano y a Pirula”. Así será más sencillo examinarnos si lo estamos cumpliendo o no.
3)Que tengamos la decisión firme de sostener los propósitos en el tiempo. A veces, nos cansamos de llevar adelante lo bueno que nos propusimos. Entonces, lo central no será evitar toda caída sino levantarse y seguir adelante. Si decaemos, no desesperarnos. Volver a retomar con energía y alegría aquello bueno que nos motivó a optar en su momento.
¿Cuáles son tus buenos propósitos para este año 2018…?
Queridos hermanos y amigos. Muy buen comienzo de año 2018 con las energías necesarias para llevar adelante los buenos propósitos que podamos elegir.